Premio Somos Patrimonio – Versión 8, Sabores de nuestro saber

Cultura

Premio Somos Patrimonio – Versión 8, Sabores de nuestro saber

Sabores de nuestro saber es una “degustación” de las tradiciones culturales de Iberoamérica sobre cómo sembrar, cultivar, cosechar, conservar y cocinar  alimentos que representan diferentes formas de interpretar el mundo. Las cocinas tradicionales nos han mostrado, una vez más, la importancia de la protección de la diversidad, de cuidar las particularidades de cada plato y receta pues es allí donde se hacen tangibles tradiciones, saberes y formas específicas de transformación del entorno. Es desde ese espacio común, las cocinas, desde donde se pueden saborear, oler y degustar las infinitas posibilidades de la creatividad humana.

Con el objetivo de hacer visibles estos sabores y saberes, la VIII Edición del Premio se dedicó a visibilizar las experiencias de apropiación social del patrimonio, que promueven el desarrollo comunitario. Es así, como entre el 1 de agosto y el 8 de noviembre de 2013, con el auspicio del Ministerio de Cultura de Colombia y el apoyo de la sede en Bogotá de LaSalle College International, la convocatoria se difundió en todos los países de Iberoamérica. En total, se postularon 37 experiencias provenientes de Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador y México, de las cuales 31 cumplieron con los parámetros propuestos en la convocatoria. Tras la selección inicial, los libros, documentos, videos, fotos y registros de las propuestas participantes fueron enviados a un jurado internacional, conformado por representantes de los Ministerios de Cultura de Bolivia (Johnny Guerreros Burgoa), Colombia (Juan Luis Isaza), Costa Rica (Javier Salazar), Guatemala (Magdalena Ixquiactap) y México (Catharine Good). Este selecto grupo de jurados se reunión en Bogotá, el 12 de diciembre de 2013, para premiar las categorías de Documentación e Investigación y declarar desierta la categoría de Tesis de Maestría o Doctorado.

La decisión del jurado del VIII Premio Somos Patrimonio, Sabores de nuestro saber, así como una buena parte de las experiencias participantes en esta convocatoria, nos confirmó una realidad sobre el patrimonio cultural que, aunque no es del todo novedosa, sigue sorprendiendo: este representa para las comunidades, de la manera más pragmática y a la vez más vital, sus formas de habitar el mundo y su sobrevivencia.